Debemos partir de saber que las aceitunas destacan por su contenido graso. En tal sentido, tienen una gran incidencia en el sistema nervioso y el cerebro. Esto es así porque el cerebro es predominantemente grasa y un déficit de este macronutriente se relaciona con falta de concentración, dificultad para conciliar el sueño, sensación de tristeza y puede vincularse con la depresión y la ansiedad.
Es en este punto que el consumo de grasas, entre ellas alimentos ricos en ella, como la aceituna, juegan un papel importante en el correcto funcionamiento de nuestro cerebro y del sistema nervioso en general. De allí, podemos derivar los beneficios que trae el consumo de olivas a nivel de estado de ánimo y bienestar emocional.
Un estudio del 2019, concluyó que el consumo diario con moderación de 5 a 8 aceitunas o de una cucharada de aceite de oliva virgen extra, protege el sistema nervioso. Esto es así porque su contenido graso favorece el funcionamiento de los nervios y aumenta los niveles de serotonina, que favorecen tener un buen estado de ánimo.
Relacionado con lo anterior, el consumo de grasas en general, y de aceite de oliva o aceitunas en particular, puede favorecer la mitigación de cuadros de depresión y ansiedad. Pese a que no existen estudios concluyentes, las propiedades de las aceitunas, que hacen que incida en la serotonina u hormona de la felicidad, puede tener implicancias directas contra la depresión.
Esto es así porque el diagnóstico para casos de depresión es, precisamente, niveles bajos de serotonina. En el caso de la ansiedad, al ayudar a que los nervios tengan una mejor comunicación y que la sinapsis se realice de forma más eficiente en las neuronas, la aceituna también puede ser muy interesante para personas ansiosas.
Sobre todo, en casos de Alzheimer, que se dan por el proceso neurodegenerativo que padece el cerebro. Esto se debe a que las placas de beta-amiloide se acumulan en las células cerebrales. Sin embargo, ciertos estudios sugieren que incluir el aceite de oliva en nuestra alimentación, sirve como prevención y ralentiza el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
Sucede así porque las aceitunas y el aceite de oliva tienen propiedades protectoras de los vasos sanguíneos del cerebro. Además, eliminan compuestos que precipitan el envejecimiento cerebral. Aunque todavía no son estudios concluyentes, es posible que una dieta rica en aceite de oliva ayude a reducir las probabilidades de padecer de Alzheimer.
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